miércoles, 24 de junio de 2009

Los ciclos

Las personas están hechas de ciclos. Están hechas de retornos, de puntos de partidas y de finales previstos. Uno siempre sabe lo que ocurrirá. Ocurre en el cine, en la vida y en lo salvaje. Sabemos a quién se comerá el feroz león de la selva africana y también sabemos con quién se quedará la protagonista sufrida de una película cliché. Y también sabemos que pasa cuando las personas se separan durante meses, sin poder verse ni hablarse a la cara, sin poder cumplir las promesas que se hicieron y sin poder siquiera ver los cambios físicos del otro. Sabemos lo que pasa, pero caemos en el terrible error de creer que las cosas cambian. Caemos, inevitablemente, en el pensamiento ingenuo de que todo perdura.
Pero, la pregunta es: ¿qué es lo que supuestamente hace que creamos en lo progresivo, qué es lo que por miles de años engaña a la gente haciéndoles creer que la tecnología hace crecer a la humanidad, que los políticos son más consecuentes y que las personas son más unidas? Todo empieza como siempre, y todo termina como siempre. No hay ningún Apocalipsis en la historia de la humanidad. No hay ningún Juicio Final. Habrá miles de Mesías, miles de galaxias, miles de razas, miles de idiomas nuevos, y habrá nuevos finales previstos. Y así nuevos inicios. Este universo se hizo de ciclos, días, años, rotaciones, traslaciones de cuerpos.
¿Pero qué, me pregunto, habrá sido lo que me hizo pensar que esta vez sería diferente? Seguramente la esperanza. Y he ahí que la esperanza es el más legítimo sentimiento existente.

lunes, 15 de junio de 2009

La paciencia

Suena como a canción de los Guns, pero no es esa mierda. Es que desde el fin de semana que vengo pensando en ese concepto y no le encuentro ningún pro y ningún contra. Es eso. Paciencia y nada más.
La paciencia es mi amiga: no estoy mucho tiempo con ella pero, cuando está a mi lado, todo parece tranquilizarse. Me ha permitido vivir estos 6 últimos meses. Y ya pasé la prueba.
Pero mi socia es un poco incierta. No sabes qué pasará cuando lo que esperabas llega. No sabes si resultará de una vez por todas o si será siempre igual. Cosas de su oficio.
Es mejor tenerle respeto, porque cuando la paciencia se enoja y no está conmigo, puede que uno de los peores pasajes de mi vida vuelva a pasar frente a mí.

martes, 2 de junio de 2009

Mal día

Sí, fue un mal día. Pero hay algo bueno en él. Es inolvidable.